El virus ébola pertenece a la familia Filoviridae (género Filovirus). Es el causante de la fiebre hemorrágica viral del ébola, una enfermedad infecciosa, altamente contagiosa y muy severa, que afecta tanto a animales como a seres humanos. El ébola se detectó por primera vez en 1976 en dos brotes epidémicos casi simultáneos ocurridos en Nzara (Sudán) y Yambuku (actual República Democrática del Congo).
La aldea en que se produjo el segundo de ellos está situada cerca del río ébola, que da nombre al virus. Existen cinco variedades del ébola: Sudán, Zaire, Reston, Côte d'Ivoire (Costa de Marfil) y Bundibugyo. Los tipos Sudán, Zaire y Bundibugyo son los que se han asociado a importantes brotes de fiebre hemorrágica en África. De momento, el ébola solo está activo en el continente africano, pero constituye una amenaza para la salud global, ya que existe el peligro de que se pueda expandir a otros lugares a través de personas que viajan a zonas en riesgo y vuelven después a sus países de origen sin ser conscientes de que están incubando la enfermedad. ¿Cómo se contagia? El ébola es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga en las poblaciones humanas por contacto directo con sangre, líquidos orgánicos (saliva, sudor, orina, vómito) o tejidos de las personas infectadas.
Aspecto del virus del ébola a través del microscopio.
El periodo de incubación varía de dos a 21 días, si bien lo más normal es de cinco a doce días. Aunque los monos han sido una fuente de infección para las personas, se considera que los murciélagos de la fruta de la familia Pteropodidae son los huéspedes naturales del virus. Los ritos funerarios en los que los familiares lavan el cuerpo del difunto también son una fuente importante de riesgo de contagio. Para evitar el contagio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar el contacto con monos y el consumo de su carne cruda, así como el contacto físico estrecho con pacientes infectados por el virus. Los trabajadores sanitarios que atienden a pacientes con infección presunta o confirmada deben aplicar medidas de precaución para evitar cualquier exposición a la sangre o líquidos corporales del paciente, así como el contacto directo sin protección con el entorno posiblemente contaminado. Los ritos funerarios en los que los familiares lavan el cuerpo del difunto también son una fuente importante de riesgo de contagio en las comunidades afectadas.
Muy interesante, no sabia que los monos también estaban involucrados en esta enfermedad.
ResponderEliminarPues ya sabes algo nuevo jeje
ResponderEliminarEs una pena que haya pocos recursos para la cura contra este fatal virus, que ha matado a tantas personas. Muy interesante!
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